Son muchos los factores que pueden provocar crisis
epilépticas en niños y adolescentes. En 7 de cada 10 casos no se puede
identificar causa alguna, en el resto se pueden descubrir:
·
Problemas del desarrollo cerebral en el
embarazo.
·
Falta de oxígeno durante o después del
parto.
·
Traumatismos craneoencefálicos.
·
Tumores cerebrales (poco habituales en
niños pequeños).
·
Una convulsión febril muy prolongada.
·
Encefalitis o meningitis.
·
Epilepsias en los familiares.
Nota: Algunos niños pequeños pueden padecer
convulsiones coincidiendo con fiebre. Estas convulsiones se producen
generalmente en niños de 1 a 4 años de edad y habitualmente solo requieren de
tratamiento de la convulsión aguda.
¿Qué es el estatus epiléptico?
Es la crisis epiléptica
que se prolonga más de 30 minutos. Lo más habitual en estos casos es que se
produzca una sucesión de crisis breves (que duran más de 30 minutos) sin que el
paciente recupere la consciencia entre ellas.
¿Cómo se puede tratar una crisis epiléptica?
El principal
tratamiento para combatir la epilepsia se basa en la utilización de fármacos
antiepilépticos, que se administran en monoterapia o con la aplicación
simultánea de varios medicamentos (terapia combinada). Los datos actuales apuntan
a que cerca del 70% de los pacientes pueden llevar una vida plena si respetan
el tratamiento farmacológico. Otros tratamientos alternativos incluyen cirugía,
dieta cetógena o estimulación del nervio vago, aunque son aplicables sólo a una
pequeña parte de los pacientes con epilepsia.
¿Qué debe hacer usted cuando el niño o adolescente
padece una crisis convulsiva?
La mayor parte de
crisis duran solo unos segundos o minutos. A continuación se indican algunos
consejos de lo que puede o debe hacerse o no hacerse en tales circunstancias:
Qué hacer
- Quédese con el niño hasta que concluya la crisis.
- Mantenga la calma.
- Proteja al niño de cualquier lesión.
- Retire cualquier objeto duro o cortante.
- Aleje al niño de cualquier peligro (escaleras, estufas, agua).
- Coloque algo plano y no excesivamente blando bajo su cabeza (una chaqueta doblada).
- Gire al niño suavemente hacia un lado para que tenga libres las vías respiratorias.
- Desabroche o afloje las prendas de ropa en el cuello.
Qué no hacer
- No trate de detener los movimientos convulsivos del niño.
- No sujete al niño ni trate de inmovilizarle, de no ser que corra peligro inmediato.
- No de al niño ningún medicamento ni nada bebido hasta que esté despierto y consciente.
- No le abra la boca ni le introduzca nada en ella (no es cierto que las personas puedan tragarse la lengua cuando sufren una crisis epiléptica).
- No le haga reanimación ni respiración asistida a menos que deje de respirar una vez terminada la crisis.
Cuando termine la
crisis:
- Consuele y tranquilice al niño.
- El niño puede estar desorientado durante algún tiempo. Ayúdele a que se familiarice con el lugar en donde se encuentra.
- Utilice el diario de crisis para anotar en él cuándo comenzó la crisis y cuando terminó, así como lo que sucedió antes y después de la crisis.
- Entregue esta información al médico del niño en la siguiente consulta.
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